Cada año cuando llega el mes de septiembre, tenemos que aguantar la misma retahíla de sucesos de la tan temida vuelta al cole.
Los uniformes: Al final son un ahorro ya que un ejemplo claro son las faldas de las niñas ya que creo que llevan la misma de preescolar hasta fin de la ESO y eso se puede medir por el largo de las mismas.
Libros de texto : Es un negocio montado por las editoriales en complicidad con las delegaciones o consellerias de educación ya que no es necesario cambiarlos cada año. Y estando en el siglo XXI existen otros tipos de soporte que aun que supusieran un gasto inicial a larga podrían ser un ahorro y eliminar un peso en las mochilas.
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